Después de dos temporadas exitosas en 2019 y 2021, con funciones en pleno estallido social y en contexto de post-pandemia respectivamente, este 2024 la compañía de Teatro Segundo Piso decidió nuevamente apostar por su clásico montaje, adaptado del original “La barca sin pescador” del español Alejandro Casona, para volver de manera renovada a las tablas, llegando a nuevos públicos.
Con las incorporaciones de Antonia Mc Carthy (Mónica) y Raimundo Guzmán (Caballero negro) al elenco, de Catalina Brieba en dirección escénica y de Luis Vidal en composición musical, el grupo se potenció notablemente desde lo artístico. Sumándose así a la base de actores que ya venía trabajando junta: María Gracia Barros (Estela), Javier De la Cerda (quien asumía a su vez el papel de Ricardo Jordán), Mauricio Figueroa (Tío Marco), Teresita Ríos (Frida), Esteban Barrios (Julio) y Viviana Ausset (Abuela).
“Con Segundo Piso me sentí muy cómoda desde el principio…pude crear con toda libertad, siento que son un grupo muy disciplinado, por así decirlo. Creo que el compromiso que vi en este grupo fue muy bacán…nunca se canceló un ensayo. Fue bacán estar en distintos lugares que no fueran teatros: en colegios y en este lugar comunitario al que fuimos. Siento que salir del “espacio-teatro” también abrió nuevas puertas, que personas “no de teatro” fueran a vernos, y eso fue muy rico.” Cuenta Antonia acerca de su experiencia en Segundo Piso este año.
“Fue un gran regalo poder compartir con personas creativas, acogedoras y alegres. Entregar juntos un servicio al público, contando una historia sobre la conversión del alma humana. Servir a Dios con esta Misión que realizamos, por medio de la oración y el trabajo, en busca de la Belleza, la Verdad y el Bien.”, detalló por su parte Raimundo.
De todas las funciones la más especial sin duda fue la del sábado 19 de octubre, en Lo Espejo, donde a las 17:00 horas el elenco se presentó en el centro social Kelluntekun, frente a los voluntarios del comedor social que va en ayuda de personas en situación de calle.
“Fue una función muy bonita, a ratos la gente se manifestaba a favor o en contra de los personajes cuando salían a escena, reaccionaban frente a la trama de la obra, y aplaudían cuando terminaba una escena. Al final nos invitaron a comer sopaipillas con ellos. Nos trataron muy bien.”, detalla Javier acerca de esta presentación.
“Muchas gracias por la presentación. Estuvo realmente hermosa y la gente quedó maravillada.”, comentaba Bastián Valderrama, un espectador, al cierre del evento.
Otra función que no pasó desapercibida fue la del día anterior, 18 de octubre, en el auditorio de la parroquia Los Castaños en Vitacura.
“Generó mucho interés la obra, no lo esperábamos. Llegó tanta gente que tuvimos que apurarnos a poner más sillas y sentar a las personas como pudimos. No nos cabía nadie más.”, resumió Carla Recabal, productora de la Compañía.
De esta forma Teatro Segundo Piso cerró esta bonita experiencia, transformando corazones y esperando pronto llegar a más personas con este montaje.